El Serengeti, una de las diez maravillas naturales del mundo.


Conocer el Parque Nacional del Serengeti, en Tanzania, era un sueño como biólogo. Considerado una de las diez maravillas naturales del mundo, éste parque alberga un sin número de especies animales de singular belleza, únicos en el continente africano en estado silvestre.

Después de conquistar la cumbre de la montaña más alta de África, el monte Kilimanjaro (http://www.truman-adventure.blogspot.com/2013/04/escalada-al-monte-kilimanjaro.html) , me fui a conocer el Serengeti, el cráter Ngorongoro y el lago Manyara, tres sitios hermosos, cercanos entre si y en donde me daría un "banquete" natural y fotográfico. Además de ver en su estado natural a los "Five Big Africa" y muchas otras especies espectaculares, tuve la oportunidad de compartir con los Maasai Mara, tribu indígena oriunda de ésta extensa sabana africana. Precisamente los Maasai fueron los que le dieron el nombre a éste territorio "Serenget" que en su lengua nativa traduciría "Llanura sin fin".

 Cráter del Ngorongoro

Lago Manyara


 Truman con un jefe Masaai Mara dentro de una de sus malocas.

Estar en el Serengeti es como ser partícipe y actor principal de un programa de NatGeo; es poder vivenciar y contemplar, de cerca, la vida silvestre de muchos de los grandes mamíferos del mundo; es estar en medio de una de las grandes migraciones de animales de nuestro planeta. Una cosa es ver los animales en un zoo y otra muy diferente es observarlos en su estado silvestre, libres... una experiencia única, que doy gracias a Dios por permitírmela vivir.

Leona con su presa recien capturada.

Partimos en un jeep 4X4 desde Arusha (Tanzania), en el íbamos dos canadienses (Rosi y Arif), dos israelitas (Yana y Tzlil), un ruso (Vart), nuestro guía y conductor (John) y yo. Serían aproximadamente 300 kilómetros a nuestro primer sitio de campamento en medio de la sabana, justo en el centro del Serengeti. Durante el trayecto pasaríamos cerca al lago Manyara y al cráter del Ngorongoro, sitios que visitaríamos al regreso.

El primer encuentro con los grandes mamíferos fue con los elefantes, de repente en una curva de la carretera, luego de pasar la entrada al Ngorongoro, aparecieron esos dos paquidermicos, a no más de 30 metros de nuestro vehículo. La euforia fue grande y no dejaron de cesar los clicks de las cámaras. De ahí en adelante, y por seis días, fue toda una locura poder ver, sentir, capturar imágenes y vivir la vida silvestre de la gran sabana africana.

Primera imagen de un gran mamífero en mi visita al Serengeti.

Los campamentos son muy bien organizados, la unidad de parques naturales de Tanzania se ha esmerado en ofrecer sitios seguros, con las comodidades básicas (baños, duchas, cocinas, comedores, parqueaderos, etc) para el disfrute de los visitantes. Para bajar costos nosotros escogimos la opción del camping; sin embargo, también existe la opción de hoteles, los hay con unos servicios excelentes para estar ubicados en medio de éste vasto paisaje. En las noches es una sensación increible escuchar, en los alrededores de las carpas (tiendas), los chillidos de las hienas o el rugir de los leones, una sensación sin igual.

Una de las zona de camping en el Serengeti.

Los jeep que se utilizan para los safaris, bien conocidos por todos, son 4X4, cómodos, seguros y brindan la posibilidad a sus ocupantes de estar parados para poder observar y capturar imágenes de todos los momentos de la vida silvestre del lugar.


Amigos del safari en plena actvidad fotográfica.

Entre muchos de los mamíferos que tuvimos la oportunidad de observar, en su estado natural, fueron:

Cheeta o Guepardos (Acinonyx jubatus).

León africano (Panthera leo)

Hienas (Crocuta crocuta)

Hipopótamos (Hippopotamus amphibius)

Cebras (Equus burschelii)

Girafas (Giraffa camelopardalis)

Chacales (Canis mesomelas)

Especies de antílopes, en este caso un Tsessebe (Damaliscus lunatus).

Elefantes (Loxodonta africana).

Búfalos (Syncerus caffer).

Rinocerontes (Dicerus bicornis).

Sin embargo, también hermosas aves y otras especies animales son de admirar en esta extensa llanura, por ejemplo:

Lagarto de fuego (Agama mwanzae).

Buitres (Gyps africanus).

Carraca lila (Coracias caudata).

Avestruces (Struthio camelus).

Flamengos (Phoenicopterus minor).

Grullas (Balearica regulorum).

Aguílas (Polemaetus bellicosus).

Avutarda (Ardeotis korii).

Calaos, en la imagen el Calao terrícola (Bucorvus leadbeateri).

Marabú africano (Leptoptilus crumeniferus).



También, fue interesante haber compartido con los Maasai Mara, tribu indígena nativos de ésta llanura africana; sus costumbres, su cultura, su modos vivendi. Fue una experiencia enriquecedora y de mucho aprendizaje.

 Truman compartiendo con los Maasai Mara.

Joven Maasai Mara justo después del ritual de la circunsición.

El safari al Serengeti, el Ngorongoro y el Lago Manyara fue una experiencia espectacular, digna de repetirse, fue estar inmerso en una vida salvaje en uno de los lugares más hermosos de nuestro planeta en África.

Cráter del Ngorongoro.

Panorámica del cráter del Ngorongoro.

 Lago Manyara.

Panorámica Lago Manyara.



  Detalles de una migración de cebras y ñus.

En medio de una de las grandes migraciones de animales en el planeta.

Más imágenes las puede observar en el siguiente vínculo: https://www.dropbox.com/sh/pbiqvw6kkhkfzq3/XLzje-eC_u

  

Escalada al monte Kilimanjaro

Cumbre del monte Kilimanjaro

El monte Kilimanjarao había sido esa montaña que rondaba mi mente por muchos años. Su ubicación en medio de la sabana africana, en la franja tropical, su flora y fauna y, el hecho de hacer parte de las "Siete cumbres" era un imán que me atraía en mi condición de montañista y biólogo.

Gracias al apoyo de la administración de la Universidad del Tolima, en cabeza de los doctores Hérman Muñóz, David Benítes y Luis Fernando Reinoso; de mi amigo Ricardo Cadavid, director de la Fundación Abrapalabra, y a la generosidad del gerente de Sefuncoop, el señor Hugo Armando Escobar, pude lograr este objetivo.

Después de un largo viaje en avión (Bogotá-Washington-Frankfurt-Addis Abeba-Nairobi), tome un bus para Arusha, una de las ciudades más cercanas al monte Kilimanjaro, a la que llegué luego de cruzar la frontera Kenya-Tanzania. Posterior a realizar contactos con un operador y las "vueltas" necesarias para poder ingresar al parque nacional me disponía a comenzar mi aventura en ésta gran montaña por la Ruta Machame. Esta ruta es considerada la más bonita escénicamente, a través de ella se pueden apreciar cinco ecosistemas diferentes, disfrutar de la flora y la fauna y, las pendientes la hacen accesible para poder ir capturando imágenes de ésta hermosa montaña tropical africana.

Machame Gate, una de las entradas al monte Kilimanjaro.

El Kilimanjaro es una montaña comercial en donde se mueven muchos dólares y la gran mayoría se quedan en las arcas de los operadores, porque los salarios de guías, cocineros y porteadores son de pobreza. Por disposición y "obligación" del sistema de parques nacionales de Tanzania, tuve que tener a mi disposición un guía, un cocinero, un asistente de cocina y tres porteadores, todo un "séquito" para un humilde tercermundista latinoamericano enseñado a trascegar montañas solo con su mochila al hombro. Pero bueno, darnos ese privilegio por un momento y dejarme atender!

Bueno, debo de comentar que en Arusha hay que tener cuidado con las cosas personales, en mi primera noche tuve un intento de robo de mi cámara fotográfica por parte de uno de los empleados del operador; gracias a Dios me dí cuenta rápido e hice el respectivo reclamo, teniéndome que devolver, ese personaje, mi equipo. De ahí en adelante, por todo el ascenso, estuve con algo de desconfianza, aunque debo de confesar que las personas contradas para mi servicio fueron muy atentas y serviciales.

Parte del personal de servicio.

La primera parte de la caminata transcurre por una carretera destapada con un muy buen mantenimiento, cosa que se volvería común para el total de los caminos construídos para el servicio de los turistas y los escaladores. Gran parte de la vegetación en éste sector me era común, muchos géneros de plantas eran conocidos; cosa que realmente me agradó al hacer un símil con la vegetación de nuestras montañas en la cordillera Central colombiana. Sin embargo, por supuesto, las especies propias o endémicas fueron mi atracción.

Impatiens kilimanjari

Aspectos de la primera parte de la ruta Machame.

 Hussein, mi guía en el monte Kilimanjaro, sobre el sendero en el Bosque nublado.

Luego de caminar unos 30 minutos por carretera el camino se estrecha y se convierte en un pasillo por entre la selva. Peldaños, pequeñas pendientes, lluvia, alguno que otro barrizal, neblina, árboles forrados en musgo, flores, aves y la belleza escénica del lugar me fueron llevando a Machame Hut, lugar de campamanto al que llegamos cuatro horas después de haber comenzado. Cabe anotar que para llegar a éste campamento ya habíamos cruzado un tipo de ecosistema, el bosque nuboso, y entramos a la zona que denominan "Briznal" caracterizada por arbusto con cierta homogeneidad forrados en líquenes, un paisaje nuevo para mi.

Señalización en Machame Hut.

Entrando a la zona "Briznal" en el Kilimanjaro.

Panorámica de la zona "Briznal" en el Kilimanjaro.

Ese primer campamento fue para mi raro, en el sentido que en Colombia voy con mi mochila al hombro, camino jornadas generalmente de seis o siete horas a través de caminos de herradura o trochas (ejemplo, acceso por la ruta Sur Nevado del Tolima), se llega cansado a los campamentos a armar las tiendas y, en fin, todo lo que se hace para accesar las cumbres nevadas colombianas; acá, en el Kilimanjaro, llegué y ya estaba mi tienda armada e instalada, solo caminé cuatro horas a través de un sendero con un buen mantenimiento y señalizado y, con una mochila pequeña a mis hombros y, para completar, me recibió mi asistente de cocina con un platón con agua tibia para lavarme las manos y la cara... bueno, y depués, tendieron el mantel a cuadritos, sirvieron el té, el café, chocolate, leche en polvo, maíz pira, agua caliente y azúcar... qué cosas!!

Servicio a clientes en el Kilimanjaro. Acá yo solicité que me sirvieran al aire libre, las siguientes 
ocaciones fue dentro de mi carpa por las condiciones atmosféricas.

El siguiente tramo fue Machame Hut-Shira Camp. En medio de grandes rocas y cada vez más abierto y despejado fue transcurriendo la caminata para ese campamento. El tramo fue más empinado que el día anterior. La vegetación fue cambiando y vi por primera vez los "frailejones" africanos, esos que tanto quería conocer. En ese tramo son relativamente bajos, se trataban de la especie Senecio kilimanjaro un poco más pequeña que el Senecio Johnsonii, especie que conocería más adelante. Durante ésta corta caminata, solo tres horas y media, crucé el ecositema "Briznal", el "Moorland", algo así como nuestro páramo, pero con una connotación y función diferente y llegamos al "Alpine desert", una especie de "Super-páramo".Igualmente, así como encontré especies diferentes a nuestros Andes, vi muchos géneros comunes.
 
 Transición entre los ecosistemas "Briznal" y "Moorland", en el Kilimanjaro.


                                                          Junto a un "Frailejón" africano, el Senecio kilimanjaro.


Planta típica del monte Kilimanjaro, la Lobelia deckenii.

El campamento Shira Camp, es una extensa planicie, casi desértica, al lado del cráter Shira. Hacia el occidente se puede apreciar el Mont Merú y para el oriente la cima del Kibo o cima principal (Uhuru). En sus alrededores  se pueden ver formaciones rocosas volcánicas y Shira Cave, a tan solo 10 minutos del campamento. Algunos visitants prefieren ir a pernoctar a Shira Hut, a proximadamente a 30 minutos del campamento; sin embargo, la diferencia no es notoria. Los cuervos de cuello blanco en éste campamento son bastante conspicuos, acechando cualquier sobra de comida para devorar. 

 Mont Merú, a la distancia.


Cuervos de cuello blanco (Corvus sp) en el campamento Shira Camp, Kilimanjaro.

Aspecto, natural y antrópico, de las rocas volcánicas en Shira Camp, Kilimajaro.

Amanecer en Shira Camp, al fondo el Kibo o cima principal del Kilimanjaro (Uhuru).

Luego de un hermoso amanecer, nos disposimos a hacer un traverso para llegar a Lava Tower y posteriormente descender a Barranco Camp. La travesía discurre a través de un paisaje lunar, en donde se encuentran rocas volcánicas de formas redondeadas forradas por una especie de líquen naranja. Ya nos encontramos en lo que de sedonima el "Alpine desert", las especies vegetales son muy escazas y tan solo el viento y las nubes dominan el paisaje.

Porteadores en la travesía entre Shira Camp y Lava Tower.

Lava Tower es una gran mole rocosa en donde algunos la toman como sitio de aclimatamiento y otros para intentar la cima por ésta vertiente (Arrow Glacier). En nuestro caso, tan solo era un lugar de paso para dirigirnos a Barranco Camp. El clima en el momento de llegar a Lava Tower era bastante frío y nubado, fuertes vientos azotaron el lugar por algunos momentos. Posteriormente vino el descenso al campamento, cosa que nos tomó una hora y media, aproximadamente. Durante ese recorrido pude conocer el otro tipo de "frailejón" africano, más grande y robusto, el Senecio johnsonii; así mismo, una especie de ave similar a nuestros colibríes pero sin sus características de vuelo, la Nectarinia kilimensis.

 Paisaje lunar a los alrededores de Lava Tower (al fondo).

 Aspecto de los "frailejones" africanos, Senecio jhosonii.

 Ave similar a nuestros colibríes pero sin las características del vuelo, Nectarinia kilimensis.

El campamento Barranco Camp está situado en un pequeño valle justo debajo del poco glaciar que le queda al monte Kilimanjaro. Numerosas carpas de escaladores se encontraban en este campamento, más organizado y mejor dotado que los anteriores. Cabe anotar que todos los camapmentos cuentan con baños o letrinas bien aseados.

 Panorámica de parte de Barranco Camp.

Amanecer en Barranco Camp.

La salida de Barranco Camp hacia Barafu Hut comienza ascendiendo una gran pared rocosa, bastante expuesta, principalmente para el paso de los porteadores. Pasos de mucho cuidado y sin ningún tipo de seguridad hay que sortear para librar esa pared, ésta nos consume una hora aproximadamente superarla.

Posteriormente hay que descender a lo que sería el último riachuelo o fuente de agua por ésta vía. Es un lugar muy agradable, verde y protegido del viento. Muchos porteadores deben de abastecerse de éste preciado líquido con containers para llevar a Barafu Hut, campamento desde donde emprenderemos el asalto a la cima, que se encuentra a dos horas de camino.  Luego de un ascenso de unos 20 minutos viene una larga travesía que lo lleva a uno al campamento, bastante ocupado porque ahí confluyen muchas rutas de ascenso y descenso de la cima.

Pared rocosa justo al salir de Barranco Camp hacia Barafu Hut.

Último sitio de abastecimiento de agua hacia Barafu Hut. La presencia de plantas del género Hypericum me 
recuerda los Andes colombianos.


Última travesía para llegar a Barafu Hut, ubicado en la parte izquierda de la arista. 
 

Barafu Hut,último campamento hacia la cima del monte Kilimanjaro.


Aspecto de las tiendas en Barafu Hut, para ese momento eran ya muchas las personas que habían comenzado el descenso después del intento a la cumbre.

Esa tarde el tiempo en Barafu Hut cambió totalmente, una nevada se desató a eso de las 5:00 pm. Nuestra expectativa era salir a la 1:00 am pero si la situación continuaba así se iría a ver truncado el intento. La cosa es que la gente contratada no da espera a otro intento, por condiciones laborales y por suministros, para esa momento ya el té, la leche y otros alimentos eran ya escazos. Sin embargo, con la ilusión del caso me sumergí en mi saco de dormir a esperar a que cesara la nevada.

A eso de las 11:00 pm salí a evacuar mi vejiga y observé como el cielo estaba totalmente limpio, estrellado, las luces de Arusha se veían abajo y un gran espacio re-oscuro le seguía, era la gran sabana africana. Eso me animó e ilusionó bastante.

EL ASALTO A LA CUMBRE
 
A la 12:30 am sonó la alarma de mi reloj y comencé a organizarme para el asalto. Media hora después el cocinero me estaba llamando para pasarme un té caliente y unas galletas. Yo ya había empacado en mi mochila de asalto un par de barras energéticas, frutas deshidratadas y un litro de bebida hidratante. Junto con mi guía casi fuimos los últimos en salir del campamento, pero no nos preocupaba porque la condición física era buena, así lo demostraba los tiempos de las anteriores jornadas de caminatas. Poco a poco fuimos pasando escaladores, el terreno estaba tapizado por la nieve, cosa que me agradaba bastante, la temperatura estaba muy por debajo de los 0ºC y el viento en ocasiones soplaba con ganas. El aire tan frío hizo que se me viniera un "ataque" de tos, teniendo que subirme el buff para calentar el aire que respiraba, la cosa era que se me empañaban las gafas, a lo quel tuve que prescindir de ellas hasta el amanecer.

Primeras personas descendiendo de la cumbre del monte Kilimanjaro.

Escaladores, a la luz del alba, acercándose a la cima del monte Kilimanajro.

Con las primeras luces violetas del amanecer la emoción me comenzó a embargar, ya me encontraba muy cerca del objetivo final, las primeras personas que habían estado en la cima comenzaban a descender y todo un esfuerzo, dedicación, disciplina, deseo y un gran sueñocomenzaba a hacerse realidad. Era un momento sublime, el corazón comenzó a latirme más fuerte, no por el esfuerzo físico, sino por la emoción de ver la cima del monte Kilimanjaro (Uhuru Peak), el punto más alto del continente africano, tan cerca. El sueño de ver desde la cima del Kilimanjaro la sabana africana se estaba haciendo realidad, estaba a punto de cristalizarse. 

 Momentos antes de llegar a la cima del monte Kilimanjaro.

A las 6:45 am, hora local, estaba pisando la cumbre del monte Kilimanjaro, estaba llegando al punto más alto del continente africano, estaba haciendo realidad un sueño de muchos años, era increíble esa sensación, era algo indiscriptible. Muchas  imágenes vinieron a mi mente, muchos recuerdos bombarderon mi imaginación, muchas personas pasaron por mi pantalla mental, muchos nombres de agradecimiento se listaban, era un momento de nunca olvidar. La inmensidad de la cima del monte Kilimanjaro estaba  frente a mis ojos y mi cerebro la guardaba en una imagen como un tesoro. Gracias Señor por ese regalo!


Cumbre del Kilimanjaro!!

Panorámica de la cima del monte Kilimanjaro.

Luego de una estadía de unos 45 minutos en la cumbre comenzamos el descenso, realmente no tenía ningunas ganas de bajar, ni afán, me quería gozar ésta hermosa montaña al máximo, de tal maner que lo hice despacio y devorándome todo el paisaje con mi cámara.

 Descendiendo de la cumbre del monte Kilimanjaro hacia Barafu Hut.

Mirando el ascenso a la cumbre a una hora de llegada a Barafu Hut durante el descenso.

Llegamos al campamento a las 11:30 am, me hidraté, descansé, dormí una hora, comí y continuamos descendiendo hacia Mweka Camp, el que sería el último campamento en el Kilimanjaro. Bajando por esa ruta me di cuenta que era la ruta más rápida para escalar el Kilimanjaro, era una ruta directa, pero mi intención no era solamente escalar el Kilimanjaro, era conocer y registrar la flora y fauna de ésta montaña tropical, que emerge sola en medo de la sabana africana.

Durante el descenso encontramos unas camillas "botadas", a merced del clima, que son utilizadas para casos de evación de heridos, me pareció bastante curioso a esa altitud, el diseño y lo práctico de ellas. Un poco más abajo estaría instalado un helipuerto de emergencia.


Camillas de evacuación de heridos en el monte Kilimanjaro.

El descenso hacia Mweka Gate, la salida del parque a hice, igualmente, muy despacio, seguía capturando imágenes y grabándome todo lo que pasaba por mis ojos. Entre las cosas maravillosas, fue poder ver una pareja de Monos abizinios, Colobus guereza, la imagen del Kilimajaro por entre las ramas del bosque, la magnitud del bosque nubado, en fin, una cantidad de íconos de ésta montaña mágica del África.

 Última vista general del monte Kilimanjaro.

Mono abizinio o Colobo blanco y negro, Colobus guereza.

Bosque nuboso en el monte Kilimanjaro.

Helechos en el bosque nuboso del monte Kilimanjaro.

Ya en Mweka Gate se hacen los últimos papeleos y se firma el registro de salida de la montaña. En ese momento me entregaron una certificación del ascenso y cumbre, avalado por Hussein, mi guía. Posteriormente, nos dirigimos de nuevo hacia Arusha, en una vans del operador.

Llegada a Mweka Gate, en donde nos estaban esperando para dirigirnos a Arusha, de nuevo.

Vans de regreso a Arusha.

Cetificación de ascenso y cumbre en el monte Kilimanjaro.

En total fueron seis dias de aventura y disfrute ascendiendo la montaña más alta del continente africano, el monte Kilimanjaro. Son mucas las personas que debo de agradecer esta conquista y cristalizar éste sueño, primero que todo a Dios por ese regalo tan maravilloso, a mi hijo, a mis tías, a mis hermanos y hermanas, a mi padre, a Annie, a Cliff y a Julio, a muchas amigas y amigos que con sus voces de aliento y buena energía me dieron ánimo, a Hermán, David y Juan Fernando de la UT, a Ricardo de la Fundación Abrapalabra, a Hugo Armando de Sefuncoop, a Rodri y Vicky de Body Master,  a todo el equipo de Amway en Ibagué, en fin, espero no pecar por ausencia de alguno. A todos, gracias.

Rutas de acceso al monte Kilimanjaro (imagen tomada de la página de la empresa Tuareg Viatges).

Última imagen del Kilimanjaro vía Arusha-Nairobi, saliendo de Tanzania.

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Blogger Theme by Lasantha - Premium Blogger Templates | Affiliate Network Reviews